MANIFIESTO POR EL DESPERTAR
MANIFIESTO POR EL DESPERTAR
“En un tiempo oscuro el ojo empieza a ver”
Theodore Roethke
“Saber desmontar el mecanismo de todo, puesto que todo es mecanismo,
suma de artificios, de trucos o, para emplear una palabra más honrosa, de operaciones;
ocuparse de los resortes, transformarse en relojero,
ver dentro, cesar de estar engañado”.
Paul Valéry
Y todo irá bien
Y toda clase de cosas saldrá bien
Cuando las lenguas de la llama se enlacen
En el nudo de fuego coronado
Y la lumbre y la rosa sean una.
T. S. Eliot
En el principio fue la risa, y con el estruendo de la risa se despertó la vida, y la risa se expandió, y su eco derribó las gruesas paredes que mantenían sobre nosotros una oscuridad tan densa como larga, y el mundo fue el nuevo mundo que está ahora ante nosotros. La risa es la de un niño que acaba de nacer, pero que no llora, sino que ríe intensamente. Esta risa tiene una doble función intrínseca, una doble capacidad, es al mismo tiempo destructora y creadora, destruye la oscuridad abrasadora y crea la nueva luz del mundo. Qué fue primero en esta secuencia, eso no nos interesa, sólo nos interesa saber, que solo fue, y entonces, lo que era, ya no es. Los poetas y los místicos nos dicen que el principio es el final y el final es el principio. En esta interdependencia creadora, la risa surge como unidad liberadora.
Esta risa del Dios niño que juega con su creación universal, que destruye y crea, que crea y destruye, es la misma risa que nosotros experimentamos cuando advertimos el absurdo donde nos encontrábamos como sociedad, sometidos por largo tiempo a un gobierno altamente prepotente y criminal, que acabó con todas las instituciones, con todos los medios de producción, con todo el sistema de salud, con la educación y toda la estructura social que le da vida a una nación, un gobierno que no tuvo prejuicios de llegar y pretender acabar también con lo más íntimo de las subjetividades, el cuerpo y la psique, sus capacidades cognitivas, con su constitución psicológica, hasta llevarnos a un abismo en el que muchos perecieron y otros muchos huyeron en busca de salvación, tanto material como emocional. Un acontecimiento de tal magnitud, que no sabemos aún el impacto psicológico general que esto ha causado en los millones de personas que huyeron obligados del país y en los millones que quedamos, y en el que muchos huyeron también no en una dimensión geográfica, sino personal. Uno de los puntos más resaltantes y de graves consecuencias, son los miles de muertos, hijos de esta nación, muertos que han sido llorados y sufridos, muertos en protestas, muertos por el hambre, muertos en los hospitales por falta de insumos, muertos por falta de atención médica básica, muertos por la delincuencia estatal y paraestatal, muertos en los caminos del éxodo en el árido andar desesperado, muertos por suicidios, por desaparecidos. Todos ellos, todas estas vidas perdidas de manera tan trágica, solo tiene un responsable, el ejecutor consciente de todos estos muertos es el Estado criminal actual.
Por lo tanto, esta risa salvadora, es la que acaba con esa oscuridad, con esa pesadez. Es una risa con coraje, que se planta frente a las adversidades impuestas por la criminalidad gobernante y se les ríe en la cara, derribando su supuesto aparataje indestructible de poder. Esta risa del coraje es la risa necesaria para lo nuevo, sea cual sea el ámbito desde donde se luche, a nivel personal, por un interés más común o por una visión nacional. Son estos dos últimos aspectos los que me interesan desarrollar, porque si hasta ahora la nación entera ha estado sumida en una somnolencia inducida, muestra, sin embargo, maravillosos signos del despertar… cómo podríamos hacerlo definitivamente, cómo ver lo que aún no hemos visto cómo un posible “común” que nace primero en cada uno, cuál risa primigenia.
Si nos plantamos frente a la metáfora de la risa, que en sí misma ya es respuesta develada, y nos preguntamos con manifiesta inocencia o reconocida ignorancia cómo despierta un ser humano que duerme, la respuesta de los sabios y los poetas es tan inequívoca como simple (esas obviedades se nos pasan por alto por su simplicidad). El primer paso para despertar es darse cuenta de que se está dormido, o como dice Novalis, expresando la misma idea: “quien sueña que sueña está próximo a despertar”. Esta tarea por muy simple que parezca, encierra una complejidad subjetiva que debe resolver el durmiente, y es que el individuo durmiente tiene que ver dentro de su sueño la necesidad imperiosa de “querer despertarse”, de lo contrario ningún esfuerzo exterior por más ruidoso o justificado que pretenda ser, tendrá éxito alguno.
Por lo tanto, nos enfrentamos primeramente a una tarea de doble propósito, la del despertar individual que posteriormente deberá encontrarse con las singularidades despiertas que conformarán el despertar general de la nación, o al menos una buena parte de ella. Este será un paso necesario para la liberación de está cárcel que unas veces es evidente y otras invisible, pero que es fundamentalmente atroz. Porque aquí nos confinaron a dormir por la voluntad de los que pretenden ser los amos del país, en alianza con los que pretenden ser los dueños del mundo. Así que sin este despertar subjetivo no habrá una conciencia colectiva de singularidades que transciendan la trampa y terminen con ella, sin este paso que puede tener tintes místicos o fantasiosos, pero que en el fondo es tan concreto como él hambre, no tendremos ni la más mínima posibilidad de cambio alguno, no habrá victoria posible para la nación entera.
De este tema del despertar han hablado muchas tradiciones a lo largo de la historia, y la más popularizada en occidente la cuenta la tradición cristiana con sus los evangelios. Se clama por el despertar, pero nadie ha dicho cómo proceder, como si el solo hecho de andar caminando dormido y haciendo todo lo que hace un humano comúnmente, fuera garantía suficiente para cumplir un objetivo de liberación. Se insta al despertar, pero no se ha enseñado cómo. No pretendo presentarme como el portador de una fórmula mágica, ni mucho menos como el que vislumbra este primer paso necesario, pero al menos podemos decir, o gritar, o decir riendo, según sea necesario, que hemos sido engañados y oprimidos, y que se la pesadilla en la que nos han metido queremos despertar y por ello esta no es nuestra realidad definitiva, mucho menos, el límite de nuestra alegría y de nuestra felicidad. Porque esa criminalidad gobernante que nos agobia y se alimenta diariamente de nuestras energías y de nuestros miedos, conforman una espectralidad, y así desaparecerá como el cobarde ante la luz que se enciende.
Pero nuestro necesario despertar requiere de un sacrificio, un sacrificio que se despoja de la connotación trágica que envuelve al término o al simple concepto, es un sacrifico que crea algo nuevo, que le da vida a lo hasta ahora desconocido, es un sacrificio personal, que requiere la superación de todo estado actual, que demanda la trascendencia de toda limitante, de todo lo que hasta ahora se ha creído real, de toda constitución formada en nuestra percepción por agentes exteriores que interiorizaron pensamientos de fracaso en nosotros, es necesario ser otro o desaparecer, no hay salida si lo que se quiere es ser algo nuevo. Siempre estamos dispuesto a defender nuestra identidad a como de lugar, pero en estas circunstancias donde el bien mayor supera nuestras particularidades, es necesario no ser más, es necesario salir del yo oprimido limitante y fieramente resguardado. Si la quintaescencia de lo nuevo está por venir, despertar confrontando nuestro encierro es el combustible necesario para que el fuego sagrado sea y consuma lo viejo.
El despertar en este caso es discernir que todo aquello que pretendieron que fuéramos no lo somos, que no somos ni seremos unas absurdas marionetas en una representatividad hecha al antojo de la tiranía. En un teatro trágico donde de manera inconscientes representábamos el papel que ellos nos asignaban, una representación a veces voluntaria para muchos, sin siquiera saber de lo que hacían parte, y para otros, involuntaria, se deberán crear nuevos papeles, romperse los libretos. El que creyó no haber caído en este juego fue a su vez el que mayor parte del juego representó, todos en este escenario trágico que supuso la Venezuela que conocemos, fuimos parte de un libreto. El despertar en este caso, requiere en medio del sueño ver y tocar las paredes, sentir que son falsas, sentir su nulidad, sentir la superficialidad misma de lo que no es, sentir lo artificial, lo hueco, lo inconstituido en su relación con el todo, con lo real, es comenzar a mirar desde arriba y ver el escenario armado sin techo, donde no se verá más que utilerías y todo dispuesto en un andamiaje de engaño y mera ficción, de tarantines, un escenario que no logramos ver por su simplicidad misma, por su normalidad aparente.
Disponemos de algo que ya se ha hecho: la historia. El conocimiento de lo ya hecho nos dice lo que ahora hay que hacer, los fracasos y las victorias que nos sucedieron en la historia del mundo nos dicen cuál es el camino a seguir y cuál evitar y, sin embargo, no nos erigiremos como los portadores de las certezas y como los poseedores de las soluciones definitivas, no poseemos certeza alguna, poseemos “la voluntad de certeza”. Sabemos que sin la unidad afectiva y la integración de todo el conocimiento de las almas más elevadas, no habrá ninguna alternativa de liberación. Por supuesto, estamos conscientes que cada particularidad es una limitante en este objetivo, estamos absolutamente claros ante la imposibilidad que supone una unidad basada en la trascendencia de las trabas personales y de los ropajes identitarios en los que cada uno se ha realizado durante toda su vida… pero si no surge la conciencia de que el bien mayor siempre supera al menor, seguirá existiendo la atomización de la sociedad, impuesta por un Estado manipulador que usa todas las técnicas de control para este propósito.
Se torna necesario en este punto adoptar la flexibilidad de las que nos habla Lao Tse en unos de sus tantos grandiosos pasajes, que es el de volverse flexible, el de recobrar la flexibilidad inicial de la infancia, la del momento primigenio. Dice Lao Tse que cuando el hombre nace es flexible y tierno, pero que en la muerte se torna rígido y duro, que las plantas cuando son jóvenes son blandas y flexibles y cuando mueren son rígidas y tiesas. Por lo tanto, la flexibilidad y la suavidad son las características innatas de la vida, y la rigidez y la dureza son las características inseparables de la muerte. Para esto, es imprescindible una fertilidad dadora de la nueva constitución orgánica que nos conformará, y nos dé a luz. No nos puede romper su peso, pues no será una carga tan pesada como la que hemos llevado durante muchos años como nación, no nos podrán romper definitivamente si adoptamos esta disposición natural de la flexibilidad ante el otro, ante incluso lo que consideramos incorregiblemente contrario. En este caso, hay un solo contrario al interés nacional, y ese es el Estado mafioso. Lo que podamos hacer como subjetividades enmarcadas en un objetivo común, va depender de lo que podamos ser, no de lo que ellos sigan siendo, o dejamos de ser lo que nos impide luchar juntos o ellos siguen siendo lo que les permite seguir en el poder, en su sistema opresivo y de aplastamiento social.
Si de alguna manera tú dices, esto es algo que ya yo sabía, tú eres un fundamental para la tarea necesaria del despertar, es a ti a quién me dirijo. Eres tú esa singularidad despierta que es necesaria para la tarea mayor, eres tú una pieza fundamental en otras piezas fundamentales que se están buscando para el propósito de los propósitos. Y si se diera el caso de que aún eres de los que todavía no ha visto que todo lo que sucede en el país te afecta, o eres de los que le han dicho que el culpable de la pesadilla en la que te encuentras es otro, yo te podemos decir despierta que ya es hora, deja de estar engañado.
Por lo tanto, el despertar pasa aquí a tomar un significado de rebeldía, de trasgresión, de coraje, de rebelión contra la abominación establecida, es un acto que ya no solo tiene tintes místicos, sino que se erige frente a un escenario palpable, se establece frente a las necesidades de toda una población y se pregunta y se responde a sí mismo, y con la fuerza de sus respuestas busca soluciones reales ante las necesidades urgentes a las que nos enfrentamos. Nos reímos y luego construimos, y para la construcción de lo nuevo, vemos necesario comenzar por los puntos que describiremos a continuación, que no pretenden ser los definitivos, ni son, como dije anteriormente, la fórmula mágica. Pero al menos es un punto de partida para que comience el gran esfuerzo para salvar lo que en verdad somos como nación. Estos puntos serán a apenas el inicio de otras ideas que seguramente se irán añadiendo, esto va ser solo posible gracias a las mentes y a las voluntades más elevadas del país y de los aliados que en el mundo se encuentren. Este propósito puede que sea uno de los más grandes a lo que nos hemos enfrentados desde la época de la liberación colonial.
Esto, como es bien sabido, no podrá cumplirse mientras los responsables del mal de la nación sigan gobernando, por lo cual tiene que ser obligatoriamente asumido y ejecutado un plan por una gran conjunción de hombres y mujeres que sientan la obligación tácita de dar m lo que son y lo que saben, sea cual sea su posición ideológica, religiosa o alguna otra cosa que se considere. Esta asociación estratégica es fundamental para la fundación de lo nuevo. Las ideas germinales de lo nuevo que será, serán una respuesta a las necesidades más urgentes que tenemos al frente, estas, como dijimos antes, deberán ser profundizadas y ampliadas por TODOS, por los que queremos que nuestro país deje de ser lo que hasta ahora ha sido. Estas ideas iniciales vendrán y vinieron a mí como trece, son trece puntos (para mí) los que son fundacionales de la acción necesaria.
1- La urgencia que supone el rescate del poder adquisitivo, de los salarios, de la calidad de vida, de la vida plena.
Vivimos una situación agobiante respecto a los derechos laborales. Toda alternativa de poder posible y necesaria tendrá que tomar en cuenta en primer lugar recuperar la posibilidad de vivir una vida digna y un salario que garantice esta posibilidad. Existen los recursos para ello pero que nunca son ni reconocidos ni informados. Pero sabemos que el gobierno actual no tiene ni la más mínima intención de cumplir con estas reivindicaciones básicas de cualquier Estado decente, por lo tanto, esta posibilidad es imposible de alcanzar mientras estén en el poder las distintas mafias que han tomado el estado durante largo tiempo.
2- Una declaratoria de emergencia constitucional, con sus propuestas de enmiendas, y un consejo de defensa de la nación.
Prácticamente toda la constitución ha sido burlada, no vivimos un estado constitucional, tan solo estamos ante un espectáculo de tramas y confabulaciones en favor de los intereses personales de quienes lo gobiernan, que toma las riquezas del Estado y manipula todos los puntos que delimitan los derechos constitucionales. Por ello, la emergencia constitucional es una necesidad imperiosa. Se deben juntar todas las enmiendas que hagan falta para rehacer el texto constitucional que de una nueva dirección. De ello habrá de hacerse cargo un consejo de defensa de la nación que estudie el problema y mediante referéndum pueda recuperar nuestra condición de Estado constitucional y de justicia.
3- Una nueva fuerza política que acoja a todos, donde el interés nacional y humano esté por encima de todo.
El ser humano, o bien nuestra población ha de ser la filosofía primera de este poder que se desmarcará y abolirá la burocracia corrupta y las armas de la nación que se integraron a esta casta mafiosa. Esto necesita de una fuerza política organizada e incluyente de todas las diversidades de pensamiento que a pesar de las diferencias puedan luchar por la nación y su reconstrucción. No es el típico llamado a una unidad que disuelve o anula las diferencias, una unidad estéril por la indiferencia, sino más bien el llamado a todas las singularidades necesarias en todos los ámbitos, esto con un solo objetivo que va más allá de las particularidades, que trasciende toda posición personal, tanto políticas, como religiosas y cualquier otra cosa que sea menos que la búsqueda del bien mayor, la conjunción de estas fuerzas de vanguardia para la salvación de nuestros hijos.
4- La revisión de todas las leyes aprobadas por la Asamblea nacional constituyente
Lo que llamaron Asamblea Nacional Constituyente fue sencillamente una maniobra política totalmente inconstitucional que sólo sirvió para mantener en el poder a la mafia gobernante. Allí se aprobaron leyes y decretos que deben ser revisados, anulados y recompuestos dentro de un proceso constituyente que responda a los intereses de toda una nación.
5- Revisar y auditar todos los acuerdos y convenios firmados por el Estaso en el ámbito nacional e internacional.
La necesidad que tenemos de romper, o si se quiere, apartar de todo este globalismo financiero que tanto daño ha hecho al mundo montando burbujas financieras por doquier y acabando con la economía real hecha de cuerpo y cerebro, es un paso de primera importancia. Este gobierno se vendió a ese entramado internacional depredador de naciones. Por ello, es fundamental revisar toda la fauna de convenios y tratos que abiertamente o de manera sofisticada se han hecho sin ningún permiso de población y de una asamblea claramente electa.
6- Auditoría a empresas, fundaciones y ministerios, igual en entes privados.
Esto nos lleva al desarrollo de una política centrada en las auditorías necesarias de empresas de maletín, ministerios, fundaciones que hacen parte del complejo de lavado y contrabando, que siguen su curso apoyándose en los poderes profundos que rigen el mundo. El globalismo de hoy, virtual e hiperveloz en sus transacciones, maneja países a su antojo, incluyendo territorios y soberanías monetarias. Venezuela ha sido un laboratorio en ese sentido, y si hablamos de la recuperación de la nación este principio nos es fundamental.
7- La recuperación de los dineros públicos que han sido robados, estén donde estén.
Venezuela, en estos movimientos destructivos globalistas ha incrementado en forma exponencial la fuga de capitales. Existen fondos públicos tomados por países que jugaron a las sanciones contra Venezuela, así como fondos privados producto del desarrollo perverso de estos poderes que se nos imponen. Son más de 500 billones de dólares, más empresas y riquezas que fuera del país son la prueba de la riqueza que debe ser devuelta.
8- Un nuevo orden de integración financiera, un plan económico soberanista, el patrón oro, y las riquezas naturales.
Nos encontramos con la necesidad de restablecer nuestra soberanía financiera y de riquezas en general. Esto constituye un cambio completo del sustento monetario por medio del cual se le devuelva la fuerza a nuestra moneda sustentada en el patrón oro, y que es uno, pero no el único, punto de riqueza natural.
9- Un proyecto de país, un marco conceptual, la sociedad, y modelos económicos de desarrollo permanentes.
Pero no es solo el patrón oro y el regreso de capitales y empresas en manos de los poderes mundiales, financieros o estatales. Urge un Proyecto para el País, donde la inteligencia colectiva regrese a nuestras tierras que restablezca principios conceptuales que permitan un desarrollo hacia adentro y podamos desde esos conceptos pensar en una estrategia que nos permita construir las bases de una soberanía alimentaria, tecnológica, cognitiva y por supuesto territorial.
10- La recuperación, el fortalecimiento, la ampliación y protección de nuestras inteligencias cognitivas.
Seguimos en este plano y nos encontramos con unos de los problemas que nos destroza. Los saberes aquí acumulados en una buena parte han huido del país (médicos, científicos, agrónomos, ingenieros, maestros, artistas, y un largo etcétera). Tenemos que crear las bases concretas para que estos regresen junto a otros venidos de otras naciones en un plan a mediano plazo donde alcancemos el desarrollo idóneo de las tierras, la tecnología, dentro de un plano de libertad y apertura al conocimiento, incluyendo también ese conocimiento ancestral indígena que tanta falta le hace al cuerpo colectivo de la nación.
11- La geopolítica energética como eje central de nuestro poder, desarrollar planes para el impulso de políticas energéticas. Una política de equilibrio territorial, ciudades potencias en lo político y financiero, ciudades como núcleos de desarrollo tecnológico y científico.
Por supuesto, por mucho tiempo seguiremos manteniéndonos de nuestras riquezas energéticas y el mundo necesitará por igual tiempo de esas “nuestras riquezas”. El plan energético es una obra necesaria y de primer calibre. La geopolítica de nuestro país por un buen tiempo seguirá el meollo del asunto y, por ello, el renacer de todo lo que es petróleo, gas, aguas de alta corriente, minerales y todas las riquezas del subsuelo, hasta nuestros vientos y nuestro sol, podríamos decir, componen la base de un complejo geopolítico sobre el cual debemos apoyarnos rompiendo con el chantaje globalista que supone la pérdida del uso necesario de todos estos recursos. Las ciudades juegan su papel y para ello es fundamental un rediseño de estas mismas y ser parte de la nueva base financiera sobre la cual se sostendría una sana política de intercambio y mercadeo. Hace falta incluso la formación o reconstrucción de núcleos ciudad donde lo financiero se conjugue a través de la formación de fondos públicos y privados para un nuevo desarrollo. Ciudades tecnológicas y científicas, donde los mejores cerebros de nuestro país y colaboradores del mundo se dediquen a trabajar en función del bien común para el desarrollo general de este y otras naciones que luchan por sobrevivir al globalismo.
12- La protección a la producción nacional, intereses nacionales frente a mercados globales, subsidios, diferencial de productividad.
Se trata en definitiva de crear y proteger nuestra propia capacidad productiva y la que podamos fomentar con los puntos incluidos. Nuevamente estamos frente a los mercados globales, que debemos sustituir por los fondos y subsidios que nosotros mismos podamos generar, obviamente con un cambio radical de lo podríamos llamar "la cultura del poder", ese espectro que desde nuestra independencia nos ha dejado atrapados dentro los poderes oscuros.
13- Alianzas internacionales con los actores convenientes para nuestro país, sistemas de cooperación, respeto, soberanía. Frenar el desarrollo de la agenda globalista y deshumanizante en nuestro país, la naturaleza y lo humano debe ser lo fundamental.
Para ello, entonces, empecemos a crear nuevas alianzas internacionales a conveniencia de este plan justiciero y soberanista. Si es respeto, cooperación, igualdad en nuestras relaciones entonces el plan internacional debe cambiar tanto con países menores como con las potencias de fuerza. No se trata de aislarnos sino de ser una referencia en el mundo, que permita ese respeto e igualdad en las relaciones. En el mundo pluripolar es fundamental alcanzar ese punto de referencia. Como complemento a todas estas ideas quizás por obvias razones nuestras instituciones, los pensum educativos, el mismo Estado, necesitan una profunda transformación. No podemos seguir atados a estas fórmulas estatistas sostenidas además en instituciones descalabradas. Todo ello tiene que reconstruirse. Por solo nombrar un punto de referencia remitámonos al desastre ecológico que hemos vivido, ni hablemos de la luz, el agua, los servicios públicos, el sistema médico y el educativo y todo el desastre programado del que fuimos víctimas como nación y del que aún padecemos enormemente.
Todo esto tiene que ser parte de una profunda transformación de todo lo que pueda llamarse institución, y para ello la potencia de los mejores hijos e hijas de nuestro país y la necesidad mayor que nos convoca, debe engendrar desde la misma ciudadanía una alternativa a este plan destructivo al que hemos sido sometidos por tanto tiempo. Esta tarea, no me parece redundante repetirlo, es desesperadamente urgente, antes de que el plan globalista pase a una segunda fase, con nuevos actores, que serán en el fondo los mismos. Frente a este escenario monstruoso, nos encontramos urgidos de una democracia absoluta como diría Spinoza, que nazca como una hierba, que irá garantizando nuestra libertad y soberanía.
Es el momento del fin de todo aquello que nos oprime.
Una vez desengañados del hechizo que nos infringieron, estos puntos arriba descritos son unas de las múltiples tareas que tenemos como iniciadoras de la nueva vida política del país. Salidos de nuestros propios desiertos será nuevamente necesario llevar el mensaje de la alegría, de la reivindicación de la vida significativa, de la vida con profundidad, no la mera vida que nos hace parecer muertos vivientes, no meras máquinas al servicio de un determinado sistema. Vivir la vida con profundidad es saber que la ponemos al servicio de algo que nos trasciende a nosotros mismos, así no comprendamos muchas veces de que se trata ese algo, ese algo que es humano y divino, es afecto y amor, es voluntad plena de libertad. Recordemos aquellas palabras de Cristo ante sus amigos que ante las necesidades de la época son las mismas de ahora: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mi causa la salvará”. Estas palabras pasan a ser aquí, el mensaje de eso que nos mueve a hacer algo que nos trasciende, a poner nuestra vida al servicio de ello, el cristo aquí representa la palabra de eso que no habla, pero que se siente con profundidad, la tarea mayor por la que somos fuimos convocados.
Nos toca construir nuestra nueva realidad, tarea dificultosa desde que se piensa en ella, ¿pero acaso no es para eso que nos hemos preparado toda nuestra vida?, ¿no es para eso que estamos dispuestos, y que sentimos en la más absoluta profundidad de nuestro ser?. Tenemos aún todo por hacer, como la hierba que corta el jardinero y, sin embargo, no se cansa nunca de crecer. Lo que logramos saber una vez despiertos, es que somos tanto la hierba como el jardinero. Este entendimiento es producto de la ruptura con el engaño, resultado de haber logrado salir del sueño oscuro donde nos confinaron. En base a nuestros sufrimientos hemos llegado a saber quiénes somos, y con esa potencialidad, podemos inferir quiénes podemos llegar a ser si la unidad más pura se logra por el bien mayor, ese que nos hace un llamado acuciante.
Estamos obligados en esta unidad creadora a construir desde la nada, cada quien con sus capacidades, la identidad surgirá de la asociación de todas estas particularidades, la identidad original inicial, del uno con el todo, y solo ella será capaz de tener el vigor necesario para lo nuevo. Caer ante la fragmentación de las sociedades en el mundo, será lo contrario. Por eso esta nueva identidad inicial del uno con el todo, se percibe al mismo tiempo como rara pero decimos con Spinoza: “arduo, ciertamente, debe ser lo que tan raramente se encuentra. En efecto: si la salvación estuviera al alcance de la mano y pudiera conseguirse sin gran trabajo, ¿cómo podría suceder que casi todos la desdeñen? Pero todo lo excelso es tan difícil como raro”.
La nueva identidad no identitaria, que es y a la vez no es, que no es hombre ni mujer, sino que es, no conformará una entidad abstracta, es la entidad misma del principio inicial de la vida, la conjugación de estas fertilidades dadoras de la nueva vida. Tras el nacimiento del uno y el todo, este deberá moverse como un perfecto sistema de singularidades en función de la nueva creación, del amor, de la alegría, y de la vida significativa y profunda. Nuestros ojos comienzan a ver en medio de la más absoluta oscuridad, y reímos, y al principio fue la risa, y la alegría sagrada de esta risa, nos libera
Comentarios
Publicar un comentario